Li Yuren se movió incómodo en su asiento mientras la ceremonia continuaba. Si su madre no hubiera insistido en su compañía, él no habría ido a presenciar la boda de su ex novia con Shen Yi. Dudaba que a Lu Xinyi le importara su presencia, y fue bueno que su compromiso anterior no se anunciara públicamente.
Sin embargo, eso no significaba que la idea de que debería haber estado él parado junto a Lu Xinyi no se le pasara por la cabeza. Antes de esto, Long Feng le había recordado descaradamente que no arruinara la boda de Lu Xinyi, lo cual él se negó vehementemente a reconocer.
Long Feng le había señalado que no sería como esos dramas de televisión donde la otra parte arruinara la boda y confesara su inquebrantable amor por la novia. En esos escenarios, la novia abandonaría al novio, lo dejaría en el altar y huiría con el hombre que destruyó su boda.
