Sun Qiyan se quedó quieta con los ojos muy abiertos. Estaba incrédula ante lo que acaba de escuchar de boca de su madre. ¿Su propia madre la abandonaba? Justo cuando pensaba que vería un rayo de luz que podría ayudarla, ¿Su madre había decidido darle la espalda?
Antes de que pudiera reaccionar ante las palabras de su madre, vio como esta salía rápidamente de la sala de interrogatorios.
—Señorita Sun, por favor coopere con nosotros —escuchó al abogado decir con cero simpatía.
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Debido al escándalo que explotó en las noticias, las víctimas anteriores del plagio de Sun Qiyan y las familias de las mujeres secuestradas por Xi Yunchuan dieron un paso adelante y presentaron denuncias oficiales contra los dos. Incluso si Lu Xinyi no hiciera nada, otras personas agregarían combustible al fuego voluntariamente.
Cuando Lu Xinyi apareció en la estación de policía con los hermanos Fu, los oficiales y los guardias se sorprendieron al verla.