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Chapter 33 - Capítulo 33 – Muy celosa

Aguantando la respiración, Su Qianci se sonrojó de repente.

Los dedos largos de él reorganizaron las fichas frente a ella y añadió:

—Ahí lo tienes.

Enseñando sus fichas, Su Qianci sintió que todos la miraban.

—Me estaba preguntando cómo Su Qianci podía tener tanta mala suerte —dijo sorprendida la señora Lu—. Resulta que estaba esperando el momento.

—Todo cambia cuando el marido llega; gana cuando está presente —comentó otra mujer.

Marido...

Ese término le sonaba tan familiar como antiguo, haciéndole perder la concentración durante un momento. Sin embargo, inmediatamente se dio cuenta de lo que había pasado:

—¿He ganado?

Li Sicheng asintió y vio la cara de satisfacción de Su Qianci. A diferencia de la belleza indudable de Tang Mengying, la de Su Qianci tenía rasgos que la hacían parecer amable. Su piel era tan clara que asemejaba a la mejor porcelana. Sus ojos eran negros y brillantes, como si tuvieran miles de estrellas. Era muy... ¡preciosa!

Viendo cómo interactuaban Li Sicheng y Su Qianci, surgieron los celos de Tang Mengying; a ese punto pensó que se volvería loca.

—Hermano Sicheng, estás de vuelta —expresó Tang Mengying con una sonrisa encantadora.

Como si no la hubiera oído, Li Sicheng inclinó la cabeza, cogió una ficha y le susurró a Su Qianci:

—Esta es la ficha del triunfo. Tienes mucha suerte.

Su Qianci se sorprendió aún más y susurró:

—¿De verdad?

Enseguida, recordó todo el dinero que había perdido.

—Pero he perdido todo el dinero.

—¿Cuánto?

Su Qianci se sonrojó un poco y volvió a susurrar:

—Menos de cien mil.

Su suegra había ganado entre 70 y 80 mil, más el dinero que había tomado de su propio bolso. Tal vez era más que eso.

Li Sicheng solo dijo:

—Entonces, recuperémoslo.

Él lo decía en serio. Cuando empezaron una nueva partida, Su Qianci se dio cuenta de que no tenía mala suerte, sino que le faltaba habilidad.

Estaba maravillada de ver cómo Li Sicheng organizaba las fichas enfrente de ella. Podía sentir su aliento cerca de su oído, tan cerca, tan sexy... Su Qianci se sonrojó tanto que la punta de sus orejas se sonrojaron también. Sintiendo que su respiración se relajaba, se odió por sentir eso.

Su Qianci, ¡habías prometido no sentirte así por él de nuevo!

Se calmó golpeándose el muslo, pero Li Sicheng la había visto hacerlo. Entrecerró los ojos de manera de no dejar claro qué estaba pensando.

Después de haber reorganizado sus fichas, Su Qianci se dio cuenta de que tenía una buena mano. Tang Mengying colocó una ficha mirando a Li Sicheng. Conociéndolo, sabía que él no estaba pensando en el juego en ese momento, sino en otra cosa. Pero, ¿en qué pensaría? Intentando adivinarlo, Tang Mengying se dio cuenta de que no tenía ni idea.

Era el turno de la señora Lu. Pero cuando estaba a punto de colocar una ficha, Su Qianci mencionó en voz baja:

—Espere un segundo.

La señora Lu paró y la miró.

Su Qianci enseñó sus fichas y dijo:

—Creo que he ganado.

Y era el dinero de Tang Mengying el que había ganado.

—¡Vaya, es impresionante! ¡Aprendes muy rápido!

—Bien hecho.

Sin embargo Tang Mengying no estaba contenta. Podría haber elegido a otra mujer, pero eligió ganarle a Tang Mengying.