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Chapter 36 - Capítulo 36 – El Plan B es efectivo durante 48 horas

—¡Ah!

Estaba desnuda. Cubriendo sus pechos, trató deprisa de cubrir sus partes íntimas con su otra mano. Su Qianci estaba avergonzada y enfadada al mismo tiempo. Sintiendo la mirada de él, Su Qianci lloró y se dio la vuelta, dándole la espalda.

—¿Qué intentas tapar? —pronunció la voz de Li Sicheng, que era muy ronca—. Ya te lo he visto todo.

Sus palabras hicieron que se sonrojara aún más.

—Ayer empezaste tú y ahora estás haciéndote la difícil, ¿verdad?

Su Qianci se clavó las uñas en la piel al apretar los puños.

—¡No fui yo!

—¿No fuiste tú? —dijo Li Sicheng, incrédulo.

Su tono y su aspecto indicaban que seguía siendo la misma persona arrogante. Se creía un dios, controlándolo todo con indiferencia. Sin embargo, con ella, era malvado y despectivo.

Sintiéndose mejor, Su Qianci miró atrás de repente, con los ojos enrojecidos.

—Tú eres el que me espía en la ducha. Señor Li, ¿no cree que está siendo un desvergonzado?

—¿Espiarte?

Li Sicheng entró y le tomó el brazo. Sus pupilas estaban llenas de desprecio.

—¿No intentaste atraerme para que entrara y me metiera en tu cama? ¿Qué pretendes?

—Yo no...

Ella no quiso hacerlo, pero no había manera de que Li Sicheng le creyera. La alzó abruptamente. Su Qianci lloró. Antes de poder reaccionar, la tiró sobre la única cama de la habitación.

Se acercó a ella con una fría sonrisa.

—¿Te acuerdas de lo que te he dicho esta mañana?

Esta mañana...

—¿Sabes lo que significa "legítima esposa"? Un legítimo objeto sexual.

¡Legítimo objeto sexual! Su Qianci empezó a temblar. La tristeza que sentía era abrumadora. Luchando con brazos y piernas, gruñó con sus ojos inyectados en sangre.

—¡No me toques, Li Sicheng!

—Deja de fingir. Solo consigues asquearme.

Su sarcasmo era como un puñal, penetrando el corazón de Su Qianci. Ella ya no podía retener sus lágrimas, luchando cada vez con más fuerza. Mirando hacia arriba, Su Qianci se burló con un susurro:

—¿Así que no te da asco f***arte a una mujer como yo?

Li Sicheng paró y miró hacia abajo.

—Una mujer como yo no merece tener tus hijos, ¿no es cierto?

Esas eran las palabras que él mismo había pronunciado. Pero Li Sicheng rio entre dientes y sujetó las piernas de ella, separando sus rodillas.

—La píldora que tomaste es efectiva solo 48 horas. En 48 horas, no creo que pueda dejarte embarazada. ¿Quieres probar?

Su Qianci lo miró fijo con gran sorpresa. ¿Cómo sabía que había tomado la píldora?

Li Sicheng se acercó a ella. Sus rostros estaban a milímetros de distancia. Las pestañas de Su Quianci aleteaban con extremo espanto. Li Sicheng bajó la voz y dijo:

—Eres responsable de detener lo que tú misma has empezado.

Su Qianci quiso decir algo, pero fue detenida antes de poder hacerlo. Él actuaba con brutalidad y violencia, tomando de ella lo que quería, sin piedad. La estaba besando pero no eran besos de afecto o amor. Se trataba únicamente de lujuria...