Aunque la voz de Tang Mengying no era estridente, Su Qianci sintió un torbellino de emociones.
En su vida anterior, Tang Mengying simplemente se había colado mientras Li Sicheng se daba una ducha. Entonces, había chillado que Su Qianci había drogado y violado a su recién estrenado marido.
Li Sicheng, quien había sospechado desde el principio, había odiado a Su Qianci aún más.
—¿Necesitas algo? —preguntó de nuevo Li Sicheng.
Tang Mengying sonreía de mala gana. Puso su mano tras la espalda, evidenciando que escondía algo. Sacudió la cabeza y dijo:
—Nada.
Li Sicheng miró su mano detrás de su espalda, pero no dijo nada.
Al ver que él no quería preguntar, Tang Mengying empezó a impacientarse.
Entonces tiró lo que tenía en la mano al suelo, rompiéndolo.
Tang Mengying chilló, haciéndose la sorprendida:
—¿Qué voy a hacer ahora?
Echando un vistazo a lo que había en el suelo, Li Sicheng inmediatamente vio las palabras escritas en la botella rota.
Era la poción del amor más popular en ese momento. Aunque Li Sicheng no era un experto, había oído hablar de ella.
¿Y Tang Mengying la había traído?
Como si le asustara la idea de que Li Sicheng pensara mal de ella, Tang Mengying empezó a saludar rápidamente con las manos.
—Hermano Sicheng, por favor, no te equivoques. No es mío, solo lo guardaba para Qianci...
—¿Qué es lo que me guardabas?
Su Qianci se acercó por detrás y abrió del todo la puerta.
Desde la posición en la que estaba Tang Mengying, pudo ver la mancha de sangre en la cama y el desorden de las sábanas.
Sus celos despertaron como una llamarada.
Tang Mengying sonrió forzadamente y dijo:
—Es...lo que te dejaste en la mesa ayer. No quería que la tía lo viera, así que lo recogí por ti.
Los ojos de Li Sicheng se posaron en Su Qianci como un relámpago.
Sin embargo, no pudo ver ninguna prueba en su cara. Sus ojos negros eran brillantes y claros como la primavera, sin impurezas. Oyendo las palabras de Tang Mengying, Su Qianci parecía dudosa. Agachándose, recogió los trozos.
—¿Qué es esto? ¿Para qué sirve?
Aunque dijo eso, Su Qianci ya sabía de qué se trataba.
Mantuvo su miraba baja en calma. Con curiosidad, miró a Tang Mengying inocentemente.
Tang Mengying estaba algo sorprendida pero reaccionó con rapidez y dijo:
—Por supuesto que lo desconozco. ¿Cómo iba a saber yo para qué sirve este tipo de cosas?
—¿Este tipo de cosas? —Su Qianci actuaba con más desconfianza—. ¿A qué tipo de cosas te refieres? —preguntó rápidamente.
—Yo...
Tang Mengying apretó los dientes y estaba muy sorprendida.
¿Cómo podía ser que esta niña estúpida actuara hoy con tanta rapidez? Algo parecía distinto.
Pero, ¿de qué se trataba?
Miró hacia abajo y vio que la cara de Su Qianci estaba algo ruborizada. Su tierna piel lucía extremadamente fresca. Con veinte años, era como una fruta.
Desde su posición, Tang Mengying podía ver las marcas azules en la clavícula de Su Qianci...
Tang Mengying apretó la mandíbula y se sintió extremadamente celosa.
¡Fue esa botella de poción del amor la que ayudó a Su Qianci a meterse en la cama de Li Sicheng!
Sin embargo, su objetivo no era ayudar a Su Qianci a meterse en su cama, sino hacer que Li Sicheng la odiara.
—¿No es tuyo? Pero yo vi cómo lo echabas en la bebida del Hermano Sicheng, ¿me equivoco?