Las poderosas ondas de aire del choque de espadas agitaron el suelo. Celestina ensanchó sus alas, la espada de cadena negra en su mano envolviendo la espada escarlata del Diablo Balor. Las llamas de negro y rojo salpicaron, quemando todo a su alrededor hasta convertirlo en cenizas. Los diablos que les rodeaban chillaron. Intentaron ayudar a su señor, solo para ser quemados hasta las cenizas inmediatamente. Las ráfagas de espadas chirriaron en sus oídos. Celestina levantó con orgullo su cabeza y se elevó en espiral hacia el cielo. Sacó la espada de cadena como un látigo mientras que el Diablo Balor rugió, abriendo sus ojos sin pupila y emitiendo ardientes rayos láser hacia ella. Celestina rápidamente dobló sus alas a su alrededor y anuló el ataque sin esfuerzo.
—Bajo bastardo. ¡Nunca me vencerás!