«Fiu...»
Rhode se sentó en el sofá, cerró los ojos y se frotó la frente, tratando de procesar toda la información. Había aprendido muchos hechos inesperados y desconcertantes de ese viaje para buscar la ayuda de Alice. Esa fue la primera vez que supo que las cinco Almas del Dragón Creador no estaban realmente muertas. En su lugar, aunque los llamados herederos de las almas del dragón habían heredado los poderes de las almas del dragón, la razón por la que recibieron los poderes fue solo porque la protección de las almas del dragón necesitaba un centro para absorber y convertir los poderes. La protección de las almas del dragón requería la reposición de las fuerzas espirituales de los seres humanos y, francamente, los herederos de las almas del dragón no eran más que la materialización de las figuras adoradas. De esa manera, las personas tenían una persona a la que dedicarse y el proceso de ofrecer sus poderes espirituales sería mucho más claro y homogéneo.
