Los deslumbrantes meteoritos golpearon con fuerza el cuerpo del demonio de hielo. En un instante, salieron volando fragmentos de hielo, y los inmensos poderes espirituales rasgaron la dura capa del demonio. Los poderes espirituales eran como relámpagos que liberaban un resplandor deslumbrante en el cuerpo del monstruo. Los meteoritos desencadenaron una serie de fuertes explosiones y el demonio de hielo se estremeció.
No era de extrañar que tuviese tal reacción. Al ser una criatura elemental pura, no temía a los ataques físicos porque estaba formada por poderes espirituales, y su físico no servía más que para soportar su peso. Por esa razón, carecía de los nervios y la carne que tenían todos los seres vivos, y los ataques físicos normales eran inofensivos contra él.