Este período de tiempo fue totalmente desastroso para el Partido Reformista.
En primer lugar, el Ejército No Muerto en la región de Grosso. Aunque finalmente fueron exterminados, los miles de refugiados seguían sin hogar en la ciudad. Solían tener un hogar al que regresar, pero las llamas habían devorado por completo sus casas. La única opción que les quedaba era esperar en la ciudad miserablemente. La conflagración en la Llanura Grosso había quemado todas las reservas de alimentos en la región sur, y la crisis de los alimentos le había dado un gran dolor de cabeza al Partido Reformista. Aunque el peligro había terminado, sabían que solo era temporal. Si no lograban encontrar otro canal de transporte de alimentos, se verían en serios problemas.