Celia y Celestina dejaron de molestar a Rhode para que les diera una respuesta. Después de todo, lo habían seguido por mucho tiempo y las almas de los espíritus invocados y el invocador estaban conectadas. Desde cierta perspectiva, Celia y Celestina entendían más a Rhode que Marlene y Lize. Las hermanas sentían que algo andaba mal con él cuando discutieron este asunto, pero no pudieron saber cuál era el problema. Tal vez ni el mismo Rhode estaba consciente de ello.
—Interesante, parece que podría haber una recompensa adicional —Celestina entrecerró los ojos, mirando la puerta cerrada y revelando una sonrisa peculiar—. No esperé que este distante hombre tuviera un lado así. Jujuju... Qué buena oportunidad...
—¿H-Hermana mayor? —Celia movió su mano y la interrumpió—. ¿Qué planeas hacer? Creo que es mejor que no provoquemos al maestro porque parece tener algunos motivos ocultos... Después de todo, solo somos espíritus y no nos irá bien si ofendemos a nuestro maestro.