Rhode estaba sentado en su escritorio con su calma habitual, lanzando la carta hacia arriba como si estuviese muerto de aburrimiento. Sin embargo, todos los que entraron a la habitación sintieron que había una atmósfera inusualmente tensa extendiéndose.
Canario y Chicle Miniatura estaban sentadas a un lado en silencio. La primera estaba concentrada leyendo un libro de poesía mientras que la segunda mecía sus piernas y admiraba el paisaje a través de la ventana. Al igual que Rhode, ambas conocíanel desarrollo del presente y el futuro del Reino Munn por completopero, probablemente debido a que no eran humanas en ese momento, parecían desinteresadas en el destino del continente y en la guerra que estaba a punto de librarse. Por supuesto, quizá solo habíandecidido ignorarlo, ya que sabían que no podían hacer nada al respecto.