Ese cambio repentino sorprendió a todos, ya que nunca habían visto una espada que pudiese cambiar de forma. Por otro lado, Mobis mantuvo la calma puesto que, al ser un maestro espadachín, tenía experiencia enfrentando cambios repentinos. A pesar de que los ángulos y la coordinación de Rhode eran ingeniosos, no derribaría a un viejo zorro como Mobis tan fácilmente. Bajó su velocidad y blandió la Espada Crisoprasa para contener la espada víbora. Inclinó la cabeza y la afilada hoja pasó junto a él cortándole unos cuantos cabellos.
—¡Cuanto más viejo, más sabio! —exclamó Rhode con admiración al ver a Mobis esquivando su ataque.