Desde el comienzo de la batalla, el adorador del demonio creyó que la situación evolucionaría tal como él sospechaba. El ángel estaría rodeado, y los mercenarios separarían sus fuerzas. De acuerdo con sus planes, Rhode tendría que meterse para ayudar a sus hombres o al ángel.
A pesar de que el ángel no pertenecía a los altos rangos de su especie, el hombre común la reconocía como un ser divino. No creía que el noble humano fuera a dejar morir al ángel, sin mencionar que además era hermosa.
Por ello, el adorador del demonio estaba pensando en separar a Rhode del ángel cuando ubicó a sus no muertos en dos zonas de emboscada distintas.