Rhode no pensó demasiado en el peculiar comportamiento de Marlene. Vagamente percibió que algo no estaba bien cuando hizo tanto énfasis en Lize, pero al final, pensó que era solo porque ella y Lize no recibieron un trato justo en relación a su contrato.
Francamente, no le sería difícil redactar un contrato para Marlene. Rhode ya había decidido que si la familia Senia no tenía objeciones, le haría un contrato temporal sin ningún reparo. El contrato consistiría en normas especiales que diferían de las de los demás mercenarios. No habría ningún plazo para que Marlene pudiera dejar el grupo mercenario cuando quisiera. En otras palabras, el contrato no la obligaba a cumplir con las reglas. En realidad, era solo una forma de consolarla.
Sin embargo, Rhode no pasó mucho tiempo pensando en el contrato porque tenía algo más importante en que ocuparse: una invitación de Klautz.
No podía decir que conocía demasiado a esa persona.
