El nítido aviso del sistema sonó en su mente.
Parado al final del túnel, Rhode sonrió mientras disfrutaba delos constantes avisos del sistema y comprobaba cuántos puntos de experiencia había ganado. Esos mercenarios demonizados le dieron montones de puntos de experiencia. Solo 15 de ellos le dieron a Rhode casi 8000 puntos.
—Entonces, solo queda uno más —murmuró Rhode mientras se daba vuelta.
Pudo ver que la borrosa silueta de una figura humana caminaba hacia él.
Frank frunció el ceño.
Gritos agudos y agonizantes hacían eco en su mente. Esos eran los gritos que uno haría cuando experimentaba la muerte. Los gritos de muerte de sus hombres seguían fluyendo por su mente uno tras otro.
Se detuvo y se frotó la nariz.
