Era una batalla injusta.
Y lo fue desde el comienzo hasta el final.
¡¡———!!
El guepardo de piedra avanzó y presionó al Asesino Flamígero contra el suelo. El sabueso negro contraatacó envolviendo al enemigo con las llamas de su cuerpo, restringiendo los movimientos del guepardo de piedra. El otro guepardo aprovechó la oportunidad para atacar al perro desde el costado, pero antes de que pudiera hundir sus afilados dientes en la carne del sabueso, un violento torbellino cayó del cielo y arrojó al guepardo de piedra por los aires.
Al ver al guepardo levantándose lentamente, el Ave Espiritual dejó de atacar y lo observó atentamente con sus ojos de águila. Aparentemente, supo que había logrado atraer la atención del guepardo de piedra al ver sus dos pupilas brillando con odio. Pero una fracción de segundo después, una gran sombra envolvió el cuerpo del guepardo.
El Caballero Centauro se abalanzó pisoteando y quebró la cabeza del guepardo de piedra. Su mano izquierda agarraba un pesado escudo dorado, mientras que la derecha llevaba una larga pica.
Al mismo tiempo...
¡Shink! La espada de piedra rechinó agudamente cuando se estrelló contra el suelo.
Rhode había evadido el ataque de la estatua de piedra moviéndose a un lado y, simultáneamente, se hizo una herida superficial en la mano izquierda con su espada.
La sangre cayó por la hoja, haciendo que el tinte carmesí de su espada se hiciera más intenso.
Por un momento, la estatua de piedra dejó de atacar a Rhode y se acercó la espada al cuerpo para prepararse para un ataque. Cuando Rhode esquivó su arremetida, el ángel de cabello blanco lanzó un ataque sorpresa desde atrás. Acortó rápidamente la distancia y blandió su espada hacia abajo, como un meteorito cayendo.
Mientras sus alas blancas flotaban grácilmente en el viento, la pesada espada de la estatua de piedra empezó a desmoronarse por el impacto. Al mismo tiempo, una ensangrentada espada salió de atrás y atravesó el cuerpo de la estatua. Inmediatamente sus movimientos se hicieron lentos, y antes de que pudiera alejarse de la espada de Rhode, una luz plateada cayó sobre su torso.
¡Bum! Su cuerpo no pudo soportar más y explotó en pedazos, dispersándose por doquier.
Al otro lado, la pica del Caballero Centauro había atravesado el torso de la otra estatua. Los implacables ataques de la estatua de piedra no podían herir al Caballero Centauro, aparte de dejarle algunos rasguños blancos en la negra armadura.
Marlene estaba estupefacta. Sus ojos estaban abiertos como platos y su mandíbula tocaba el suelo. Desde su perspectiva, este tipo de peleas solo ocurrían en mitos y leyendas. Los leales subordinados de un rey lo rodeaban, levantando alto sus espadas y avanzando sin miedo hacia la batalla. Aplastaban a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino. Si había cien, mataban cien; ¡si había mil, masacrarían mil! Justo ahora, aunque el enemigo no era un ejército de mil hombres, Rhode exudaba el aura de un rey indomable mientras hacía de comando central para sus espíritus.
Pero esa solo era la perspectiva de un espectador. En realidad, Rhode estaba bastante frenético. Había invocado cuatro espíritus para poder terminar la batalla tan pronto como pudiera, y no podía mantenerlos mucho tiempo. Su primera fase de ataques había destruido exitosamente una estatua y un guepardo de piedra. Ahora quería comenzar la segunda fase.
Al mismo tiempo, la estatua de piedra que quedaba blandió su arma y le ordenó al guepardo de piedra que atacara a Rhode.
Pero Rhode era más rápido.
Al recibir la orden de Rhode, el Caballero Centauro aulló y se puso furioso. Galopó hacia el guepardo de piedra con Rhode, el Asesino Flamígero y el ángel de cabello blanco siguiéndolo de cerca.
Parecía que fuesen imparables.
Pero Rhode sabía que había abusado de su fuerza. Debía terminar esta batalla pronto o estaría en graves problemas. Aunque no sabía cuál era el verdadero propósito de esta prueba, de acuerdo con sus experiencias del juego, su decisión no debería estar muy lejos.
¡Screeee! Un ensordecedor ruido retumbó.
De repente Rhode se dio cuenta de que su camino estaba siendo bloqueado por dos estatuas de piedra que habían salido de la nada. También había varios guepardos de piedra rodeándolos, esperando el momento indicado para atacar.
Rhode no desperdició tiempo pensando en la razón, y decidió hablar con su espada. El Asesino Flamígero se puso al frente y corrió precipitadamente hacia el grupo de estatuas de piedra. Su cuerpo estuvo lleno de agujeros en segundos, detonando una explosión que creó una brecha temporal en la formación del enemigo.
Esta brecha era suficiente para Rhode y los demás.
El Caballero Centauro avanzó y blandió su enorme pica, estrellándola contra cualquier enemigo que se pusiera en su camino. Gracias a la explosión y al impacto del ataque del Caballero Centauro, una de las estatuas de piedra perdió el equilibrio. Al mismo tiempo, el centauro lanzó su pica a un guepardo de piedra que había intentado atacar desde el aire.
—¡Acaben con ellos! —gritó Rhode mientras corría al lado del Caballero Centauro. Al reconocer su orden, el centauro levantó su pica y golpeó su escudo con una inmensa fuerza mientras veía a cualquier enemigo que se acercara. El Ave Espiritual seguía dando vueltas en el aire, produciendo torbellinos que se estrellaban contra estatuas desprevenidas.
Los fragmentos de roca caían por todos lados.
Desde el comienzo de la batalla hasta ahora, solo habían pasado tres minutos. Rhode sintió como su resistencia se agotaba rápidamente. Cuando abandonó al Asesino Flamígero, ya estaba extremadamente agotado. Además, después de permitirle a su espada que absorbiera sangre, aunque sus ataques se habían vuelto más letales, la excesiva pérdida de sangre había hecho que su cara se pusiera tan blanca como la de un cadáver. Sus extremidades incluso empezaron a temblar. Definitivamente no era una buena señal.
¡Bum! Rhode retrocedió después de bloquear un ataque. La invencible espada que incluso podía cortar piedra finalmente había encontrado un par. Un ensordecedor ruido resonó de nuevo por los aires. Esta vez, al fin había encontrado su objetivo.
Era la enorme estatua de piedra que había visto antes. Era obvio que el material de su cuerpo era muy diferente al de los demás.
Rhode estaba en apuros.
La estatua de piedra era mucho más grande que las otras. Afortunadamente no tenía un arma. Pero su presencia igual era un problema, porque su enorme complexión bloqueaba dos tercios de la puerta que estaba detrás de ella.
En fin, sin importar lo que pasara, este tipo no sería fácil de derrotar.
—¡Muéstrame tu gloria! ¡Sucesor!
Solo los fantasmas saben qué estás diciendo.
Rhode se afligió por dentro, pero no olvidó indicarle al ángel de cabello blanco que viniera a su lado. Sabía que este jefe no era algo que pudiera superar con fuerza bruta. Debe tener su propia condición o debilidad. Si se enfrentaba a un jefe inmune a la magia con un hechizo de nivel divino, igual no le haría daño. Por otro lado, si usaba un palo de madera, tal vez podría derrotarlo con facilidad. Como la estatua no había atacado inmediatamente y hasta le había hablado, Rhode concluyó que este jefe no podía ser derrotado luchando contra él.
—¡Gloria! ¡Sucesor! —La voz de la enormeescultura de piedra resonó por el palacio, ocasionándole un leve dolor de cabeza.
«¿Gloria? ¿Qué gloria?»
El cerebro de Rhode empezó a trabajar. Recordó cada detalle de la clase de espadachín espiritual. Historia, guías, misiones... pero no pudo ubicar la supuesta gloria. En el juego no había mucha información de la clase de espadachín espiritual. Los jugadores estaban más interesados en la aventura que en la historia.
Cuando todos estos pensamientos inundaron su cerebro, el ángel de cabello blanco dio medio paso hacia adelante.
—Estimado guardián, ¡estoy aquí para revelar la gloria de mi amo! —despuésde estas palabras, su cuerpo de repente emanó una tenue luz. Sus dos alas se abrieron sobre un hermoso círculo mágico. Luego empezó a flotar hacia arriba pero, al siguiente instante, hubo un destello y su figura desapareció en el acto. Lo único que quedó fue una espada blanca bañada en un aura sagrada.
Marca de la Estrella.
¿Esta era la «gloria»?
Rhode vio con curiosidad la espada que flotaba frente a él. Su corazón se sentía raro. Un ser vivo con forma humana transformándose en una espada no era algo que se viera todos los días.
Al final, Rhode igual estiró el brazo y agarró el mango.
Delicada, fría y suave. No parecía ser diferente de como era antes. Si no lo hubiera presenciado personalmente, no creería que un arma así pudiera convertirse en una persona.
Mientras empuñaba la espada, Rhode pensó:
«¿Que es mi gloria? ¿Por qué estaespada es mi gloria? Espera... ¿La gloria de la que este tipo está hablando...?»
Una chispa se encendió en sus ojos. Rhode dejó de vacilar. Levantó la espada y la apuntó a la gigantesca estatua de piedra.
«¡Claro...! ¿Cómo pude no darme cuenta? ¡Es migloria pasada! ¡La gloriapor la que luché y fui reconocido! ¡Mi gloriapasada...! ¡¡Mi antiguagloria!!»
En ese momento, una luz salió disparada de la espada y entró en la frente de la estatua de piedra, desapareciendo sin dejar rastro.
¡¡———!!
Después de que la luz penetrara su cuerpo, la enorme estatua empezó a colapsar. Pronto, su cuerpo se convirtió en polvo y desapareció en el aire.
Al mismo tiempo, un mensaje del sistema apareció ante Rhode.