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Chapter 86 - Capítulo 86: Saliendo Del Encierro

—¡Reúnanse en formación de anillo ahora!

Después de escuchar los múltiples rugidos, Rhode se puso tenso inmediatamente.

—¡Anne, toma el lado izquierdo! ¡Extiende tu escudo y mantén tu posición! ¡Marlene, ayuda al lado derecho con tu Escudo de Hielo nivel 5 ahora! ¡Sereck, la retaguardia es tuya!¡No importa lo que pase, no puedes dejarlos pasar!

—Clérigos, prepárense para lanzar Escudo Guardián. ¡Quiero cuatro en tres segundos! Lize, tu lanzaras Brillo Divino en el centro de la formación y viejo Walker, usted es responsable de llenar los vacíos que aparezcan.

—¡Entendido!

Todos respondieron al unísono después de recibir sus órdenes.

Anne dio dos pasos hacia adelante y activó el interruptor de su escudo. Se oyó un crujido, y el umbo que cubría el exterior del escudo se deslizó hacia abajo, revelando un afilado taladro metálico. El pesado escudo golpeó contra el suelo, produciendo un impacto sordo y haciendo queAnne se agachara. Tiró de una corta manija metálica dentro del lado cóncavo del escudo y, de repente, salieron en su exterior múltiples puntas afiladas como cuchillas. Toda su superficie parecía un erizo.

En el lado opuesto de Anne, Marlene estaba igualmente seria. Levantó su varita de una manera extraña y cantó. Una gruesa pared de hielo emergió y se apiló una capa tras otra. Entonces, como si el hechizo llegara a su clímax, Marlene cantó más fuerte, haciendo que unos filosos carámbanos salieran del suelo hacia adelante como lanzas.

Celia extendió sus alas y voló hacia Rhode. No se sabía desde cuando, pero ahora empuñaba una espada con ambas manos. Su expresión era fría, y sus pupilas brillaban aún más que antes.

Sereck no parecía tan tenso como Anne y Marlene. Después de escuchar la orden de Rhode, no se movió en absoluto, pero si uno observaba cuidadosamente su expresión, era evidente que estaba muy serio. Entrecerró los ojos viendo a los monstruos, y la mano que sostenía la empuñadura de su espada empezó a moverse lentamente.

Destelló una esplendorosa luz dorada.

Mientras tanto, las clérigos terminaron de lanzar el Escudo Guardián y una barrera sagrada circular envolvió a las cuatro. Lize también comenzó su hechizo mientras centraba su atención en el hombre frente a ella.

Los rugidos se hacían cada vez más fuertes y cercanos.

—No podemos darnos el lujo de fracasar. ¡Vean lo que vean, no se asusten!. ¡Deben mantenerse formadas!

En ese momento, todo lo que Rhode podía hacer era recordárselo. Ese lugar era la zona más difícil de la Meseta Silenciosa y, francamente, los novatos no debían estar ahí. Si no fuera por su inexperiencia, tal vez ese lugar todavía podría ser adecuado para que entrenen, pero de todos modos, no podía esperar que un grupo de preescolares hicieran un examen de posgrado, ¿no?

Las enormes y oscuras figuras se acercaban. Sus apariencias eran ligeramente similares a la del bebé muerto gigante, pero sus movimientos eran mucho más rápidos que los de su predecesor. Pronto, aparecieron entre los árboles muertos. Marlene agarró su varita con fuerza y no se atrevió a respirar. La piel podrida y asquerosa de los no muertos llenaba el aire frío con un olor fétido que hacía que el grupo tuviera arcadas. Era realmente un castigo brutal.

—Ignórenlos, no sigan sus movimientos.

Rhode no necesitaba mirar atrás para saber que el grupo estaba tratando de estudiar los movimientos de los monstruos.

—Concéntrense en lo que tienen enfrente. Nuestra área de exposición es mínima, así que no tienen muchas oportunidades de atacarnos. No pierdan la concentración; solo tienen que ocuparse de lo que tenganadelante y dejar el resto a los demás. Sr. Sereck, necesito que ayude a ambos lados porque no tenemos suficiente gente. Creo que eso no será un problema para usted.

—Haré lo mejor que pueda.

La espada de la luz apareció una vez más y brilló magníficamente en la oscuridad.

Las sombras se hacían cada vez más rápidas; era casi imposible predecir sus movimientos. Sin embargo, todos seguían concentrados en lo que tenían en frente, incluso las cuatro clérigos. Rhode ya les había instruido que lanzaran el Escudo Guardián cuando fuera necesario.

Seguido de un fuerte sonido de respiración, las enormes figuras sombrías desaparecieron.

Un repentino silencio cayó sobre el grupo. En un abrir y cerrar de ojos, los sonidos espeluznantes desaparecieron como si nunca hubiesen existido. Sin embargo, el olor a podrido aún perduraba en el aire, aunque se hacía más fuerte cada segundo.

—Diez, nueve, ocho, siete…

Rhode contaba en su mente. Levantó su espada y miró intensamente al espacio vacío que tenía ante él.

—Tres, dos, uno…¡Lize, lanza Brillo Divino ahora!

Al recibir su orden, Lize rápidamente levantó su brazo. Lanzó de inmediato el hechizo que había preparado de antemano. El elemento sagrado estalló en una luz brillante, envolviendo a todos en su interior. Un aura cálida dispersó la inquietud de antes. Y en ese momento, una agradable sensación llenó todos sus sentidos.

Las sombras negras se escaparon de repente.

Como esperaba, cuando las sombras se precipitaron hacia ellos, el Brillo Divino de Lize ya había cubierto a todos en su interior e iluminó el entorno al mismo tiempo. Cuando las sombras tocaban la luz, el elemento sagrado las hacía sufrir.

Aun así, hacían todo lo posible para entrar, pero se podía ver que estaban luchando contra su mayor debilidad.

Aunque era insuficiente para matarlos, el grupo sintió que era suficiente.

Sereck resopló y blandió su espada, invocando una lluvia de espadas que atravesó la oscuridad. El «show de luces» era tan deslumbrante como un relámpago. Su esgrima siempre había sido así, llamativa. Independientemente de su daño, las habilidades de Sereck siempre eran agradables a la vista.

Uno de los bebés muertos gigantes cerró el puño y lanzó un puñetazo al escudo con púas.

Si fuera una criatura viva, quizá el dolor habría hecho que se retirara. Pero como era un no muerto, no podía sentir dolor y, por lo tanto, no le era un gran obstáculo. El gigante bebé muerto sacudió su cuerpo y volvió a levantar el puño derecho.

Pero esa vez, Anne estiró los pies y pateó la base del escudo con toda su fuerza.

La parte del escudo que estaba enterrada en el suelo se volteó hacia arriba. Al mismo tiempo, la arena y la suciedad volaron en el aire, creando temporalmente una mini cortina de humo. Debido a eso, la vista del bebé muerto gigante estaba bloqueada. Entonces, aprovechando su ceguera momentánea, Anne volvió a presionar el interruptor de su escudo.

Una violenta oleada de aire se arremolinó en el borde del escudo. El grueso taladro metálico voló en el aire y perforó la cabeza del gigante bebé muerto.

¡Bum!

El monstruo sin cabeza finalmente perdió su fuerza. Su cuerpo se balanceó hacia la izquierda y cayó al suelo, inmóvil.

Marlene levantó la varita en su mano.

Como un río que fluye, una gruesa capa de hielo se extendió desde sus pies con rapidez. Un gigante bebé muerto debilitado que ya estaba bajo los efectos del Brillo Divino pisó el frío y resbaladizo hielo y cayó al suelo.

La capa de hielo se rompió y se convirtió en muchos carámbanos afilados que perforaron su cuerpo. Antes de que el monstruo pudiera tocar a Marlene, todo su cuerpo ya había sido acribillado con innumerables agujeros que habían drenado la vida que le quedaba. Miró a la chica con un rostro inexpresivo, era imposible saber si estaba enojado o sonriendo. Frente a ese monstruo aterradoramente espantoso, a diferencia de antes, Marlene mantuvo una expresión tranquila en su rostro. Levantó su varita y lanzó un hechizo que se condensó en el centro del rubí.

—¡Airy, ari!

Una llama envolvió el cuerpo del bebé muerto gigante, tragándose sus lamentos y todo lo demás en él.

Mientras la sombra negra caía del cielo, Celia ya estaba preparada, levantando su espada.

Esa vez, no salió volando como antes; en cambio, un símbolo sagrado formó un escudo que bloqueó cada ataque que hacía el enemigo. El bebé muerto gigante que cayó del cielo golpeó el escudo pero no pudo penetrar su defensa por mucho que lo intentara.

Rhode sacó su espada y pasó la palma de su mano izquierda por la hoja.

Una vez que absorbió su sangre, una luz roja brilló intensamente y el olor a sangre hizo que los no muertos se volviesen locos. Volvieron a rugir y aumentaron la intensidad de sus ataques. Incluso el Escudo Guardián ya no pudo mantener su forma y comenzó a distorsionarse.

Celia retiró su barrera y retrocedió. No porque no pudiera aguantar, sino porque…

La Hoja Destructora salió disparada del lado de Celia y chocó con los no muertos. El poderoso impacto los hizo retroceder. Aunque su piel asquerosa parecía gastada y desgarrada con sangre y cicatrices, para los no muertos no era gran cosa. Pusieron los ojos en blanco y emitieron una risita malvada.

Pero de repente se congelaron.

Un arco plateado en forma de luna atravesó sus cuellos y desapareció en la oscuridad.

En el cielo, el ángel sostenía su espada, con una expresión carente de emociones.

El silencio había regresado.

—Se han retirado temporalmente.

Rhode recuperó su espada y limpió la sangre en su mano. Su expresión no había mejorado.

—Continuemos avanzando. Esperemos que podamos encontrar a esos idiotas antes de que nos topemos con otro de sus ataques sorpresa.