Aunque medio día parecía ser muy poco, se sintió eterno para los mercenarios que esperaban ansiosos y escudriñaban los alrededores en caso de cualquier cambio. Mientras más se le niega algo a uno, más lo desea. Era una característica humana que todos demostraban justo ahora. Algunos mercenarios incluso planeaban echar un vistazo en secreto a lo que ocurría del otro lado. Si Rhode los atrapaba, estarían preparados para dar una razón lógica. Dirían que estaban preocupados porque Rhode se hubiera metido en problemas por los fuertes estruendos que escucharon antes. Aunque había muchos mercenarios con esas intenciones, ninguno actuaba. La razón era simple: la reputación y disuasión que Rhode tenía en esta gente era muy fuerte y, más importante, Marlene los vigilaba a todos.