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Chapter 31 - Capítulo 31 – Otro Regalo Que Ella Tenía Que Aceptar

Ella respiró profundamente para darse fuerzas. El auto estaba a solo 10 metros de distancia. Xia Ling lo puedes hacer. Solo camina hacia allá.

Estaba tratando de darse ánimo. Wei Shaoyin se estaba poniendo cada vez más impaciente. Dijo: —¿Vienes o no? Apúrate, necesito arreglar una nueva canción para mañana.

Pei Ziheng aún continuaba mirándola, el borde de su gabardina, silenciosamente se movía con el viento y la nieve.

Se percató de que no se había movido, eso la consoló haciéndola pensar que tal vez él no la había reconocido con su nueva cara y cuerpo. Se dio fuerzas y caminó lentamente hacia el auto.

Camino justo a su lado.

El amargo olor a cigarrillo que desprendía su cuerpo, fue arrastrado por el viento de ese tempestuoso clima.

Tan cerca que podía tocarla, él dijo en voz baja: —Tú…

Se tambaleó un poco y comenzó a temblar incontrolablemente. En este momento, todo tipo de pensamientos atravesaron su mente, casi no pudo controlar las lágrimas.

Aun así, lo único que hizo fue acelerar el paso y alejarse, como si escapara de él

Al entrar al auto de Wei Shaoyin, aún estaba en estado de conmoción. Sus manos continuaban temblando y tuvo que intentarlo varias veces antes de poder abrocharse el cinturón de seguridad. Levantó su cabeza y miró hacia adelante, donde vio a Pei Ziheng aun de pie con una mano en la puerta del auto, aparentemente inconsciente de la feroz nevada que golpeaba su cuerpo.

Wei Shaoyin encendió el auto.

Condujo unos metros y luego de repente, le preguntó: —¿Conoces a Pei Ziheng?

Xia Ling no respondió.

El calor en el auto hacía que pareciera primavera, una suave música se escuchaba de fondo. Su frío y rígido cuerpo comenzaba a recuperar las sensaciones. A medida que se relajaba, todo lo que podía sentir era fatiga.

Las manos limpias y blancas de Wei Shaoyin sujetaban el volante, su mirada fija en la vía mientras decía: —La mirada que te dio era como si le debieras unos cuantos millones de dólares.

Ella se rio amargamente y finalmente encontró la fuerza para responderle: —¿Cree que me puedo dar el lujo de deberle tanto dinero a él?

Wei Shaoyin también se rio mientras decía: —Es cierto, ya estás en ascuas por deberle a la compañía unos pocos millones de dólares. Si realmente le debieras a Ziheng algunos cien millones, deberías saltar de un edificio.

Ella deseó sólo haberle debido a Pei Ziheng algunos cien millones de dólares. Eso habría sido más fácil, y podría haber habido un final para su sufrimiento. ¿Pero qué era esta situación? Ni siquiera la muerte podía desvanecer a ese hombre de su mundo. ¿Qué tenía que hacer para olvidarse completamente de él?

Wei Shaoyin bajó el volumen de la música, pero continuó presionando astutamente, mientras decía: —Entonces, ¿lo conoces o no?

—Señor Wei —cerró sus ojos y suavemente dijo: —Ye Xingling es sólo una insignificante aprendiz en Skyart Entertainment. ¿Cómo podría yo conocer al gran jefe del Imperial Entertainment?

—Te dije que me llamaras Ah Wei, ¿porque no me escuchas? —Wei Shaoyin se quejó. Al ver que no reaccionaba, le dijo: —Eso mismo pensé yo. Pero esa mirada que te dio… no pareció tan simple.

—Los jefes son todos iguales —dijo fríamente—¿Quién sabe a ciencia cierta lo que están pensando?

Wei Shaoyin la miró, prestando atención al tono de su voz, le preguntó: —¿Qué jefe en nuestra compañía te ha ofendido?

Tenía que admitirlo, sus instintos eran impecablemente precisos.

Ella se dio la vuelta para mirar por la ventana del auto y tristemente dijo: —Ninguno.

No podía decirle que Li Lei le había querido pagar para que durmiera con él.

Sintió un pequeño dolor de cabeza. ¿Qué era toda esta basura? Mientras recordaba a Li Lei diciéndole que esperaría a que ella cambiara de opinión, su humor se tornó peor. En esta vida, ella solo quería algo de paz y tranquilidad. No quería tener nada que ver con eso y tampoco podía darse el lujo de ocuparse de estas personas importantes.

En los días que siguieron, Xia Ling estuvo en un estado depresivo.

El estudio de grabación de Wei Shaoyin estaba terriblemente ajetreado, pero la mente de Xia Ling estaba preocupada y cometió varios errores. Wei Shaoyin se hizo sentir y ella casi hace sus valijas, por poco regresa al campamento de entrenamiento.

Este día logró, con gran dificultad, terminar temprano y regresaba a casa caminando.

Era un día soleado de invierno con sólo unos pocos peatones. Los pequeños negocios a lo largo de las calles tocaban la canción más popular de la temporada.

Mientras doblaba la esquina, un fantástico Audi se detuvo frente a ella. Xia Ling levantó la cabeza y vio que alguien que llevaba una larga gabardina negra, salió del auto y se sacó los lentes de sol. Hmm, una cara familiar. Era Chu Chen.

Ella se detuvo y el silencio lo miró

Le pasó su tarjeta de presentación y le preguntó: —Señorita Ye, ¿me recuerda?

—Sí, lo conozco. Usted es Chu Chen de Imperial Entertainment. Nos conocimos el otro día durante el show musical del examen de fin de año —ella dijo suavemente y no aceptó su tarjeta de presentación.

Él no se molestó y retiró su mano como si no pasara nada. La miró y puso la voz de hombre de negocios: —¿Podemos buscar un lugar para conversar? Imperial Entertainment ha preparado un pequeño obsequio para usted.

Oh, entonces el soborno con el cual Wei Shaoyin los había chantajeado había llegado.

Ella se volteó y dio un vistazo rápido a su alrededor. Señalando, al azar, un café, dijo: —Hablemos allá.

Chu Chen asintió y la siguió al café.

Había pocas personas dentro. Xia Ling escogió un lugar cerca de la ventana y se sentó. Un camarero se acercó y les preguntó si deseaban algo. Chu Chen pidió café Blue Mountain y Xia Ling dijo: —Agua caliente, gracias.

Chu Chen la miro más de cerca.

Repentinamente dijo: —Usted es muy similar a alguien que conocí una vez.

Xia Ling lo pensó, pero no demostró nada mientras decía: —¿Oh? —respondió.

—Ella tenía el mismo aire de indiferencia hacia los demás, le gustaba sentarse cerca de la ventana en un café, y tenía la costumbre de beber agua caliente —la voz de Chu Chen sonaba un poco nostálgica y con dolor

Ella lanzó una fría carcajada, diciendo: —¿Creo que el poderoso manager Chu no me busco para contarme sus recuerdos?

Parecía como si hubiera sido picado por sus agrias palabras, su rostro se endureció por unos segundos, mientras la miraba. Él se rio fríamente y dijo: —¿Buscarla para contarle mis viejos recuerdos? Ye Xingling, usted se considera gran cosa. Alguien como usted no puede siquiera soñar en compararse en lo más mínimo con ella.

Fue debido a sus buenos modales que no le tiró el vaso de agua encima.

En esta vida ella era mucho más tolerante. Si hubiese sido la Xia Ling de antes, escuchar esas palabras en la boca de una persona que la había traicionado, y lanzado a la desesperación, ella se hubiese asegurado de que perdiera todo lo que poseía.

Era él quien la había traicionado primero. ¿Qué derecho tenía de contar los viejos recuerdos? Ese hipócrita.

Xia Ling sujeto fuertemente el vaso en su mano antes de soltarlo. Controló su fuerte temperamento y dijo: —Vaya al grano.

Chu Chen le entregó un papel y dijo: —¿Usted tiene una hermana que ha estado hospitalizada por mucho tiempo, cierto? Hemos contactado a sus parientes para transferirla al mejor hospital de este estado. Al pabellón de cuidados especiales. Todos los cargos serán cubiertos por Imperial Entertainment.

Estaba sorprendida y miró al papel.

Era una nota informando la transferencia al hospital. La firma de sus parientes estaba sobre el papel en blanco y negro.

Xia Ling dijo: —Nadie me informó sobre esto.

Chu Chen cruzó los dedos de sus manos sobre la mesa y dijo: —Les pedí que lo mantuvieran en secreto. Se suponía que sería una sorpresa para usted hoy —explicó.

¿Una sorpresa? Un shock lo describiría mejor.

Ella conocía perfectamente la condición de Feifei; los doctores le habían dicho que era muy posible que nunca despertará. Esto significaba que ella debería permanecer en el hospital de por vida en estado vegetativo. Feifei aún era joven, por lo tanto, aun le quedaban varias décadas de vida. Los gastos del hospital eran a largo plazo y el efectivo que tenía sólo le duraría algunos días… era un agujero negro.

Este era un gasto grande y complicado que duraría por mucho tiempo.

¿Sería Imperial Entertainment lo suficientemente generoso como para mantener a Wei Shaoyin tranquilo y lograr su truco publicitario?

¿Y… controlar todo, sin que ella supiera nada al respecto?

El primer pensamiento de Xia Ling fue devolver a Feifei al hospital donde estaba. Aunque las condiciones no eran buenas, ella estaba usando el dinero que había pedido prestado a Skyart Entertainment para cubrir los gastos, lo cual le hacía sentir con una conciencia tranquila. Sin embargo, Feifei y ella eran hermanastras; ambas compartían al mismo padre, pero tenían diferentes madres. Su madrastra no la apreciaba, sólo amaba a su propia hija, Feifei. No había forma en que su madrastra aceptara transferir a Feifei de vuelta al hospital luego de semejante cambio.

Sintió un cierto malestar apoderarse de su corazón. Tomó un sorbo de agua y dijo: —¿Es esto todo lo que quería decirme?

Chu Chen se rio y dijo: —Usted es muy inteligente.

Mientras hablaba le pasó otro objeto sobre la mesa. Era una larga caja rectangular hermosamente envuelta que parecía haber costado una fortuna.