Cuando golpearon la puerta de su casa, los ojos de Rory se abrieron de par en par pensando en quien estaría en la puerta a esta hora de la noche. Con una de las ovejas desaparecida, había ido a buscar hasta altas horas de la noche en los prados, lo que fue en vano, ya que no pudo encontrarla después de horas de búsqueda.
Se preguntó si Ester estaba en la puerta. La bruja negra era la única que entraba y salía a extrañas horas de la noche, no se revelaba completamente ya que siempre tenía una capucha que le cubría la cara. Acojinado sobre el suelo polvoriento, abrió el cerrojo metálico para encontrar a una chica encapuchada, pero no a la que estaba esperando.
—¿Charlotte? —preguntó desconcertado, sorprendido por su presencia.
—¡Rory! —exclamó y saltó para abrazarlo, llevando sus brazos alrededor de él. ¿Qué hacía ella aquí?