Al ver que el carruaje salía de la mansión, Vivian esperaba el rápido regreso de Leonard a Bonelake. Aunque el trabajo no duraría más de un día, como le dijeron, la distancia entre Bonelake y Valeria era larga.
Leonard la había llevado a la mansión de Rune, el lugar del que se había vuelto precavida desde su última visita. Por alguna extraña razón, parecía que cada vez que visitaba la mansión de Lord Nicholas, algo sucedía. Primero, fue la señora quien le echó la comida encima y la segunda vez, cuando sintió que un torrente de recuerdos corría a través de ella al tocar el cuervo.