Vivian aplaudió cuando la obra llegó a su fin. Con desilusión vio al hombre que había hecho el papel principal, hacer una reverencia hacia el público y luego desaparecer detrás de la cortina roja. No lo encontró atractivo como persona, pero con su actuación, fascinó a cada mujer en el auditorio, para la consternación de Leonard.
No hace mucho que le había declarado que ella era su pertenencia, y sin embargo, allí estaba viendo a otro hombre con interés, lo que le hizo hervir la sangre bajo su pálida piel.
—Fue tan hermoso —dijo Vivian poniéndose de pie. Estirando las entumecidas piernas, vio dispersarse por los lados del escenario a los hombres que habían estado tocando la música, mientras los espectadores se retiraban— sabía que algo pasaba con el gaitero desde el principio. No creo que nadie hubiera adivinado que él fue quien asesino a su hermana —dijo entusiasta mientras salían del palco.