Aunque se había acostado en la cama para dormir al lado de Vivian, no había podido cerrar los ojos todavía, estaba observando al rostro dormido frente a él. Los ojos de la chica se movieron bajo los párpados, como si estuviera soñando algo que fuera difícil de traer a la realidad, lo que hizo que Leonard se preguntara qué estaría soñando.
El viento que venía luego de la lluvia hacía que el clima en la tierra de Bonelake fuera mucho más frío. Vivian se había cubierto completamente con las sábanas, protegiéndose de las bajas temperaturas de la noche, aunque pudo dormir bien, mientras Leonard todavía llevaba la ropa con la que había llegado a la mansión. Podía escucharla respirar, inhalar y exhalar el aire que golpeaba suavemente contra la almohada.
Las mejillas de la muchacha estaban pálidas, y, sin poder resistirse a tocarlas, Leonard pasó su dedo por el rostro de Vivian, que despertó.