—Mi paciencia se está agotando y si no cuentas toda la historia, no tendré ningún uso para ti. —Leonard no se molestó en ocultar su odio hacia el cambiador.
—Ja ja, ja —el cambiador se mantuvo a una distancia segura de Leonard, mirando hacia la salida por precaución, por si era necesario correr.
—Empieza a hablar ¿Quién eres tú? —preguntó Leonard, con el arma en la mano, que no se molestó en soltar. Los ojos rojos se encontraron con otro par de ojos rojos, pero el color no era oscuro como el del vampiro de sangre pura original.
—Me llamo Hobart. Soy un cambiador que atravesó la tierra del Norte hasta aquí —se presentó el hombre que antes se llamaba Lancelot—. Muchos cambiadores se originaron en la tierra de Woville, de forma muy similar a cómo las brujas blancas y las brujas negras llegaron a existir.
—¿Cuántos de ustedes hay?