Hueren, quien le había presentado a la bella doncella a su superior, súbitamente se sintió confundido cuando la escuchó a disculparse y la vio huir de allí. Notando que el duque la seguía, él caminó detrás de ellos para ver la carnosa masa pegajosa que estaba tirada en el suelo.
Escuchó al Duque Leonard preguntarle a Lady Vivian cuando ella se volteó para mirarlo. —Esa no era la hermana Isabelle, ¿verdad? —ante esto, la señora sacudió la cabeza, lo que lo confundió aún más a él.
Siendo un seguidor de Dios, Hueren frecuentemente visitaba la iglesia de la cual la hermana Isabelle era parte. Había visto y hablado con la bruja blanca varias veces, por eso no entendía por qué tenían dudas de que ella no fuera la hermana Isabelle. A menos que...
Su cara se rompió al preguntarle al duque: —¿Un conmutador? —él se veía desconcertado cuando preguntó esto.