Sin saber cómo reaccionar ante la ligera risa de la hermana Isabelle, se sintió como una niña que había sido atrapada por una mentira que se le había dicho, Vivian le respondió con una sonrisa insegura.
Siendo curiosa, le preguntó a la bruja blanca: —¿Por qué no estás con tu familia?
La sonrisa en el rostro de la hermana Isabelle no se apagó, pero la luz en sus ojos verdes se volvió opaca con la oscuridad. Como si reflexionara sobre cómo responderle, ella dijo: —Eres una niña curiosa. Como última prueba de la habilidad física, te dejaré leerme, pero déjame advertirte, no será fácil. Si tú eres capaz de ver mis recuerdos, concluiré que estás lista para perfeccionar tu habilidad por ti misma y no necesitarás más mi ayuda.