—Buenas tardes, señoras. —Jerome inclinó la cabeza para mostrar respeto a las mujeres.
Vivian inclinó la cabeza, con una sonrisa saliendo de sus labios a cambio de su sonrisa. Hacía mucho tiempo que no lo veía. La última vez que se encontraron, había sido en la sala de estudio de la mansión Carmichael. La vez que le preguntó abiertamente, diciendo que le gustaba ella delante de Leonard. Pensando en ello, no se atrevió a mirar a Leonard, ya que sabía que él tendría una mirada hosca en su cara.
La vampiresa, por otro lado, no tardó más que unos segundos. Sin inclinar la cabeza miró hacia otro lado, como si el vampiro inferior de ojos rojos brillantes no se hubiera parado frente a ellos. Eleanor, quien se crio en una familia de sangre pura de los vampiros, había crecido con valores que dictaban que ella estaba en un estatus superior, mientras que los otros que estaban allí eran inferiores a ella, eso incluía a los vampiros y a los humanos.