Leonard no mostró más expresión a su tío, manteniendo su cara pasiva como lo hacía normalmente, pero el comportamiento tranquilo y sereno que lo rodeaba delató la seriedad de su estado de ánimo.
—¿Estás bromeando, Leonard? —Sullivan se rio pensando que su sobrino intentaba tomarle con la guardia baja, pero Leonard se sentó en su lugar con una mirada seria en su cara que carecía de todo sentido del humor.
—Tan serio como puede ser —confirmó Leonard.
Leonard no había planeado sacar al gato de la bolsa, pero parecía importante que el tío Sullivan supiera de él y Vivian. No le gustaba la forma en que su tío había sugerido tan sutilmente acostarse con Vivian y beber su sangre. Había perdido la calma al pensar en ello. Leonard era posesivo con sus pertenencias y Vivian le pertenecía. El solo hecho de pensar que ella fuera tocada por alguien que no era él o de mirarla mal, hizo que su sangre hirviera en su piel.