Ambas, Heidi y Lettice, fueron al valle Isle con los dos guardias que Rhys había enviado, quienes las seguían desde una buena distancia. Lettice era una cliente habitual de la tienda en la que se encontraban en ese momento, mientras hurgaba entre varios vestidos.
Heidi, quien había tomado asiento, miró su mano, pasando sus dedos por encima del moretón, que estaba en vías de desaparecer. Por un lado, su relación con Nicholas se había convertido en un secreto de primavera, y por el otro, su relación con Warren se había vuelto amarga después de la pequeña discusión que tuvieron el día que visitaron la mansión del Duque Wilford.