—¿Estás bien? —preguntó ella, tomándolo por sorpresa.—Quiero decir, te ... apuñalaron —Heidi movió su mano hacia su estómago para enfatizar sus palabras mientras el Señor la observaba atentamente.
—Lo estoy —respondióél, dedicándole esa sonrisa que mostraba a los demás.
—¿Quién era el hombre? —preguntó curiosa.
—Solo un visitante aleatorio, no tienes que preocuparte por eso. Hombres como ese siguen visitándome a menudo, hacen que mi vida sea interesante —afirmó. Al verla abrir la boca para decir algo y luego cerrarla, dijo:—No tienes que contenerte. Habla.