Cuando comenzó el siguiente día, Cati continuaba mirando afuera cada vez que pasaba una ventana, mirando hacia el portón de la mansión para ver si su primo u Oliver habían llegado aún.
El Señor Alejandro había dicho que ellos llegarían hoy, pero no había mencionado a qué hora y ella apenas si podía esperar a ver a su primo.
¿Cuántos meses habían pasado desde la última que lo vio?
Él era la única familia que tenía.
Desde que había llegado a la mansión se había enfocado en el trabajo, pero cuando su mente estaba ociosa, ella pensaba sobre un montón de cosas. Cosas relacionadas con su pasado, recuerdos de su familia y otras relacionadas sobre el Señor Alejandro. Visitar sus tumbas y hablar con ellos era lo que ella hacía para alejar la soledad.
Aunque la gente de la mansión le había ofrecido su amabilidad, ella no era capaz de compartirla con ellos. Una de las razones era que ella no quería agobiar a nadie a nadie con sus emociones.