Sin saber que hacer, ella observó a la gente que hablaba entre ellos.
Cati vio a Alejandro hablar con una mujer a la distancia. Ella lo vio inclinarse y susurrar algo en su oído, haciéndola sonreír antes de colocar un beso en la mejilla de él.
Ella sintió los celos en su pecho. Entra más miraba en la dirección de él, más sentía la punzada en su corazón. Las mujeres vampiro besan un montón, pensó Cati.
Ella se giró y bajo el vino que tenía en su mano.
Por un lado, ella estaba contenta que Elliot la acompañara, ella podía hablar con él con normalidad. Pero por otro lado, ella extrañaba a Alejandro.
―Buenas tardes. No pude evitar verte.
Vio a un hombre alto de pie junto a ella, con cabello rubio ondulado y ojos grises, llevando una sonrisa en la cara.
Le habían dicho que no hablara con extraños pero no responder causaría que el hombre se ofendiera. Ella lo saludó con educación.
―Buenas tardes, Sir ―dijo, inclinando la cabeza.