La incomodidad comenzó a nublar su mente. No parecía que el plan saliera de acuerdo a lo previsto; se había desviado. Continuó leyendo para conocer los detalles de la detención del Señor Alejandro. El miembro del Concejo murió hacía menos de treinta días, y su cuerpo fue hallado cerca del río que cruzaba el norte, a la media noche.
Cati saltó cuando escuchó un ruido, lanzando el periódico en un contenedor de basura.
—¡Dios mío!
Cati cerró los ojos y llevó una mano a su pecho cuando vio al gato de manchas doradas sobre el tejado, caminando a donde fuera que se dirigía. Exhaló aliviada, pero percibió algo a sus espaldas. Sintió un nudo en la garganta cuando vio a la figura cubierta de negro. Comenzó a caminar, pero cuando giró, no había nadie.
Si de ella dependía, jamás volvería a pisar Mythweald.