—El plan de He Lan Yuan no habría causado el apocalipsis, nunca fue la verdadera amenaza, la verdadera amenaza viene de otra persona.
—¿Quién? —El grupo de Sam preguntó conmocionado.
Xia Wa agitó la cabeza.
—No tengo ni idea de quién es, pero es una manifestación de la oscuridad humana. No quiere nada más que la destrucción del mundo.
—¡Mierda! —Sam maldijo—. ¿Cómo puede haber una persona tan demente en el mundo? Tampoco pido nada excepto su combustión espontánea.
—Señora, ¿cómo va a detenerlo? —preguntó Ali preocupado.
—No puedo decirle eso, pero lo descubrirá en el futuro.