Con su bendición y apoyo, la formación de su academia sería más fácil y rápida. Además, con la bendición del Anciano Shen, sería más fácil para ella obtener el apoyo del presidente. Naturalmente, el Anciano Shen entendió lo que ella aspiraba lograr.
Dio una palmada en la parte superior de la mesa y prometió:
—¡No te preocupes, deja esto al Abuelo! Me aseguraré de que la apertura de tu academia sea un éxito.
Xinghe amplió su sonrisa y dijo:
—Gracias, Abuelo.
El Anciano Shen fingió una mueca.
—No hay necesidad de dar las gracias; somos una familia. Además, deberíamos apoyarte, ya que sólo estás cuidando el interés del público.
En realidad, no sabían exactamente lo que estaba planeando, pero confiaban en ella implícitamente. Xinghe apreciaba la fe que tenían en ella. La apertura de la academia fue así acordada.