—Cuando volvamos, los llevaré personalmente a probarlas todas, les garantizo que querrán seguir comiendo y no hacer nada más una vez que lo prueben.
La gran promesa de Sam aumentó la emoción en la habitación y más vinieron a rodearlos.
—Cuando volvamos a la Tierra, ¿podremos comer todo lo que queramos? ¿Cualquier cosa que sea comestible y tenga buen sabor?
—¿No limitarás nuestra ingesta de comida?
—¿No te preocupa que nos excedamos?
Ante sus preguntas que rayaban lo infantil, Sam se rió.
—Se lo diré de nuevo, no tienen que preocuparse por nada. ¡Pueden comer todo lo que quieran después de regresar, pueden pasar su vida entera comiendo! ¡No se preocupen por el pago porque este Señor Xi ante ustedes definitivamente les ayudará a cubrir los gastos!
Xinghe y Mubai se quedaron sin palabras. Shi Jian y el resto se volvieron inmediatamente para mirar a Mubai con profundo aprecio en sus ojos.