—No es ningún problema —dijo inmediatamente He Lan Qi—. Xinghe, estás actuando de nuevo demasiado ajena a nosotros, hemos prometido ayudarte con la búsqueda, así es que naturalmente, cumpliremos nuestra promesa. Definitivamente te ayudaremos hasta que la búsqueda concluya.
—No es necesario, después de todo, este es nuestro problema....
—¡No, tu problema es mi problema! Déjame esto a mí —prometió firmemente He Lan Qi, de hecho, sonó como si fuese a estar de acuerdo con cada una de las demandas que Xinghe le hiciera.
Xinghe no continuó siendo ceremoniosa, si He Lan Qi quería ayudarles gratis, entonces ella no iba a negárselo.
Al mismo tiempo, quería ver hasta dónde estaban dispuestos a ayudarlos. Quizás aquí sería donde la familia He Lan se equivocase.