No esperaba que ellos también tuviesen bombas. Eso hacía que eliminarlos fuese un poco más difícil. Barron dio un cauteloso paso atrás y aún así amenazó—: El grupo de Charlie, aún les quedan cinco minutos, ríndanse o les concederé a todos una muerte horrible.
—¡Ven si te atreves, todos moriremos en una explosión masiva! —respondió Sam con condescendencia.
—Barron, no te precipites... —abrió la boca Charlie para decir—. Debe haber una mejor resolución que no implique la muerte para ambos.
Barron sonrió arrogantemente de nuevo, pensando que había logrado asustar a Charlie.
—Ríndanse si aún valoran sus vidas. Aún les quedan cuatro minutos para considerar. No malgasten su energía resistiendo, este lugar ya ha sido rodeado por el ejército; ¡no hay manera de que escapen!