Su ego no le permitía ser amenazado por una mujer. No sólo eso, quería que ella pagara.
Barron estaba listo para llamar a sus hombres para buscar a Xinghe cuando su teléfono se inundó de mensajes. La incesante alerta de mensaje le dio un mal presentimiento....
Abrió los mensajes y abrió los ojos impresionado cuando vio los contenidos. Mientras más veía, peor se ponía su cara. El contenido detallaba todas sus actividades de tráfico de drogas. No sólo había sellos de tiempo, sino también fotos....
¡Imposible! Barron no podía creerlo. ¿Cómo pudo esa mujer conseguir toda esta información incriminatoria?
La información se limitaba únicamente a él y a sus vendedores o compradores. Ellos no lo filtrarían ya que los implicaría, así es que ¿de dónde sacó todo esto?
La cara de Barron se oscureció. Sintió la amenaza esta vez. Inmediatamente la llamó de vuelta, la llamada fue contestada después de un tono de llamada.
