Mubai aún se estaba recuperando de su repentina e incontrolable pasión. Su mirada se volvió hacia la pantalla siguiendo sus palabras.
—¡Es él! —dijo Mubai, y entrecerró los ojos con una amenaza. La cara del hombre en la pantalla me resultaba terriblemente familiar. El aire alrededor de Mubai se cargó de ganas de matar a alguien.
—¿Este es tu secuestrador? —preguntó escalofriantemente.
Xinghe asintió.
—Ese es él. ¿Lo conoces? ¿Quién es él?
Mubai se rio sin alegría.
—Así que es él. En la Ciudad T, sólo hay un partido lo suficiente poderoso como para venir por la familia Xi y es la familia Feng. Este es el joven amo de la familia Feng, Feng Saohuang. No sólo eso, en la actualidad es un general de división.
—¿La familia Feng?
Xinghe no estaba familiarizada con la política de la Ciudad T, así que no había oído ese nombre antes.