Se lanzó hacia Xinghe, el cuchillo brillando en su mano.
El movimiento repentino de la Señora Chu sorprendió a todos. Incluso los guardaespaldas fueron tomados por sorpresa y olvidaron proteger a Xinghe...
Sin embargo, mientras el cuchillo iba hacia ella, Xinghe no se movió o si quiera pestañeó. Como si lo estuviese esperando.
Cuando el cuchillo se acercaba a la cabeza de Xinghe, el Señor Chu y Tianxin se entusiasmaron cada vez más.
Si la Señora Chu mataba a Xinghe, el Señor Chu podía culparla a ella y argumentar un castigo más indulgente por su delito menor, mientras que Tianxin tendría acceso a Mubai sin que Xinghe estuviera en su camino.
Repentinamente un brazo fuerte salió a agarrar la muñeca de la Señora Chu y el cuchillo paró en el aire.
El brazo de la Señora Chu estaba trabado y sujeto por Mubai y aunque ella lo intentara, no podía moverse ni una pulgada.