No perdonaría a la persona que fue tras Xinghe.
¡Haría sufrir a esa persona para siempre!
Sin embargo, el nombre que salió de la boca de Xinghe le causó una gran conmoción.
—Es Chu Tianxin —anunció el nombre del culpable mientras lo miraba fijo, tratando de medir su reacción.
Mubai abrió los ojos con asombro antes de que se entrecerrasen con fiereza.
—¿Tianxin? ¿Cómo puedes estar segura de que ella está detrás de esto?
—¿No es obvio? La veía conspirando para matarme cada vez que me miraba. En estos momentos, aparte de ella, no hay nadie más capaz de tenderme una trampa para matarme.
Había tratado con Chui Ming y Wushuang para que la pareja no pudiera estar detrás de esto.
Ruobing confiaba en que ganaría a Xinghe anteayer y la echaron de la Ciudad T, por lo que no habría podido lanzar un contraataque tan pronto.