La pesadilla que durante muchos años se había apoderado de la Ciudad de las Mil Bestias se fue dispersando poco a poco con ese lúgubre lamento.
Shen Chi miraba con horror como Qu Xin Rui caía dentro de un charco de su propia sangre. Aunque los poderes de Qu Xin Rui eran los más débiles entre los cuatro, pero aún así no era tan débil como para que si se enfrentara a ella en una batalla, fuera imposible derribarla en un corto período de tiempo.
Sin mencionar que con sólo mover un dedo, .....
Si se dijo que Shen Chi tenía miedo de Jun Wu Yao antes de esto, entonces lo que se apoderó de su corazón en ese momento sólo puede ser descrito como puro y total terror!
La sonrisa en la cara de Jun Wu Yao no se redujo en lo más mínimo, pero el aura asesina dentro de sus ojos se estaba haciendo más y más intensa, incitada por el espeso hedor de la sangre que colgaba espesamente en el aire.