Cuando Hao Ren y Zhao Yanzi llegaron a la casa en la costa, el ambiente ya estaba muy animado en el interior.
El Chevrolet negro de Zhao Guang, la SUV de Zhao Hongyu, el Benz negro de Lu Qing y el Ford blanco de Hao Zhonghua estaban todos estacionados en el garaje.
En la sala, habían juntado dos mesas cuadradas para crear una mesa larga. Las chicas, la abuela y Zhao Hongyu estaban paradas alrededor con un gran tazón de relleno para dumplings y grandes montones de envolturas de dumplings y de wontones.
—Jaja, ¡Llegó Zi! —gritó alegremente la abuela al ver a Zhao Yanzi.
—¡Abuela! —Zhao Yanzi corrió hacia ella con alegría y saltó hacia sus brazos sin importarle la harina que tenía la Abuela en sus manos.
—¡Te extrañé tanto! —dijo la abuela pellizcándole la mejilla, dejando algunas marcas de harina blanca sobre el delicado rostro de Zhao Yanzi.
—¡Zi! ¡Ven aquí y aprende como hacer wontones! —llamó Zhao Hongyu a Zhao Yanzi.