En el Mar Infinito, un buque de guerra negro navegaba lentamente. El agua de mar que lo rodeaba salpicaba mientras avanzaba.
Delante del buque de guerra, seis reyes demonios se pararon en un círculo. Se cogieron de la mano por la espalda, mirando el cielo lleno de nubes oscuras. Sus rostros se veían extremadamente serios.
—¿Es esto una tormenta en el Mar Eterno? ¡Es realmente aterradora! Este tipo de atmósfera deprimente hace que todos sean incapaces de respirar —dijo imponentemente un rey demonio.
Como experto, su fuerza había alcanzado los ocho marcos del Reino Etéreo Celestial. Podían despejar todo en el cielo y la tierra, así que las tormentas ordinarias no eran nada para ellos.
Sin embargo... esa tormenta los hacía sentir muy cautelosos y tensos.
—¡Mira allí! ¡Parece haber una criatura en la distancia!