—Continuemos con el desafío del chef.
Yan Yu se quedó sin palabras. Su corazón revoloteó cuando sintió la mano de Bu Fang en su hombro. Esa melancólica mano lo desconcertó tanto que su cuerpo se estremeció al pensar en los golpes que habían aterrizado en su cabeza.
Considerando que era el chef número uno en la Tableta de la Gula, había sido humillante ser derrotado tan trágicamente. Se estremeció al recordar la pelea.
Cuando se volteó y vio el rostro indiferente de Bu Fang, suspiró aliviado. En ese momento, Yan Yu pensó que la actitud distante de Bu Fang era mucho más atractiva que la de ese melancólico tipo.
Echó un vistazo al Rey del Inframundo, que estaba empujando su tira de ají dentro y fuera de su boca una y otra vez. Viendo sus modales groseros y toscos, Yan Yu no sentía nada más que desprecio por el Rey del Inframundo.