Respecto a la aparición del Rey del Inframundo, el Gran Perro sentía más sospecha que sorpresa. Luego de bostezar, el Gran Perro se recostó de nuevo y continuó con su siesta.
Después que el Rey del Inframundo se consolara a sí mismo, su rostro regresó al de uno lleno de melancolía. El Rey del Inframundo aterrizó detrás de Abisal y entró en el restaurante. Una vez que entró en el restaurante, comenzó a mirar alrededor con curiosidad. El interior de este restaurante en verdad era limpio. No se podía ver una mancha de polvo. Además, el aire estaba lleno de la fragancia de varios platos y la nariz del Rey del Inframundo se contrajo involuntariamente.
El Rey del Inframundo se sentó en una silla que encontró y continuó mirando alrededor.
De repente, su mirada aterrizó en el Gran Perro durmiendo que estaba recostado al lado del árbol del camino del entendimiento.