—Así que, ¿qué plato le pareció poco satisfactorio?
El tono de Bu Fang era muy calmo. Su mirada aterrizó en el hombre ligeramente rechoncho, sin ninguna señal de agobio. Parecía una pregunta que hizo bastante tranquilo.
El anciano rechoncho se sorprendió. Una sonrisa cruzó rápidamente por su rostro mientras miraba a Bu Fang con ojos brillantes. —Así que, debe ser el dueño de este restaurante. Hace mucho he escuchado su nombre. Verlo hoy me recuerda al dicho de que los jóvenes pueden ser grandes héroes.
—Soy solo un chef, lejos de un héroe. —Bu Fang agitó su mano y lo dejó pasar. Este anciano parecía bastante amistoso, no alguien que buscara problemas en absoluto.
Bu Fang estiró una silla y se sentó frente al anciano rechoncho. Había tres platos frente al anciano, el arroz frito con huevo, lías de pescado y costillas agridulces.