*¡Crack! ¡Crack! *
Surgieron sonidos de masticación, que sonaban como si alguien estuviera comiendo un rábano.
Dentro del espacio de la llama...
Tong Ruo estaba desconcertado.
La expresión desesperada de Gongshu Ban se congeló en su cara, sus ojos incrédulos. Después de escuchar esos ruidos, no pudo evitar girar la cabeza.
Allí...
Una figura delgada estaba agarrando la llama inmortal, mordiéndola.
Cuando la Llama Demoníaca del Loto Dorado fue mordida, perdiendo un rincón, algo parecía una llama viscosa que rezumaba de ella.
Era un poco feroz, sin embargo.
Bu Fang levantó las cejas, mirando la llama en su mano mientras se golpeaba los labios.
Los ojos de Tong Ruo casi se salieron de sus órbitas.
—¿Cómo puede ser? Es una llama inmortal... ¡No es un gran rábano!
¿La llama inmortal fue mordida?
¿Ese tipo tenía tan buenos dientes? ¿Por qué no se convirtió en cenizas?