El campo de batalla solo cubría el Continente Andrea, que estaba muy lejos de los otros tres continentes. Todas y cada una de las noticias sobre la guerra fueron como una enfermedad esparcida que infundió temor y ansiedad en las mentes de las personas. Esta guerra causó inevitables repercusiones en todas las naciones del mundo. El mundo estaba en caos. La tasa de robos y asesinatos aumentó a un ritmo exponencial, las religiones extremistas que predicaban el fin del mundo aumentaron, y pequeños grupos de vagabundos decidieron unirse a las Seis Naciones para buscar protección.